Si tienes MIEDO... hazlo con miedo!!

Esta frase que viste el título, no es mía, la he leído por Internet... pero estos días ¡¡la he hecho mía!! Y he podido experimentar los grandes beneficios de mirar al miedo a los ojos, reconocerlo, aceptar que está ahí y tomándole la mano dar el siguiente paso.

Tener miedo nos prepara para tres reacciones biológicas: huir, luchar o paralizarnos. ¡Eso ya lo sabías! Pero resulta que eso es instintivo, biológico y animal, nos sale porque somos simplemente mamíferos. Lo que pasa es que tenemos miedo a demasiadas cosas y situaciones, y no sólo a las que vivimos en el momento y son reales, tememos tambien algo que imaginamos, que sucedió hace tiempo o que aún no ha sucedido y estamos continuamente huyendo, atacando o paralizados. Lo que biológicamente es un a respuesta normal a un estrés para salvarnos la vida y sobrevivir, se ha convertido en fuente de enfermedades, angustias, despropósitos y fracasos.


Muy bien, ¿y que puedo hacer? Toma consciencia y acepta lo que te sucede. Así de fácil. Darte cuenta que lo que te paraliza, te hace huir o atacar es el miedo que sientes: miedo a que te digan que no, miedo a ser rechazad@, miedo a fracasar, miedo a no ser elegid@, miedo a perder, a estar sol@... y detrás de estos miedos se esconden los VERDADEROS y más profundos: miedo a no ser amad@, a no poder sobrevivir, a no estar protegid@.

¿Cuál es tu miedo? Detéctalo, toma consciencia, busca si detrás esconde otro miedo más profundo y recuerda cuando más te sentise así. Permítete sentir ese miedo, sentir que dentro de ti hay un niño o una niña asustados, coje de la mano a tu niñ@ interior, reconoce su miedo. Pero lo más importante, no te apegues a él, déjalo ir, permite que haga su papel y se vaya, se agote y tu organismo recupere la normalidad. Ahí es cuando pierdes el miedo a tener miedo.

¿A donde vas? Ahora que ya lo tienes, debes de saber cuál es tu meta, tu objetivo y detecta el siguiente paso que vas a dar, ya sabes que probablemente volverás a sentir miedo, pero sabes cómo es, de donde viene y te permites sentirlo. Entonces ahora es el momento que des el paso sintiendo el miedo y date cuenta como desaparece. Eso también es biológico: cuando pasa el peligro, el miedo pasa también.

¿Quién dijo que los que logran grandes metas no tienen miedo? Lo tienen, pero lo hacen igualmente. Yo soy una de ellos.

Si ya sabes a dónde vas, si has decidido hacerlo, si el miedo ha decidido acompañarte, hazlo con miedo! Atrévete y vive la experiencia al salir de tu zona de confort, a ir más allá de tu zona de seguridad y llegar a la zona dónde la magia sucede y todo es posible.

Sube la escalera y salta el muro para ver y explorar más allá. El lugar con el que sueñas, o uno mejor, pueden estar esperándote.



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